Normalmente cuando pienso en la educación de mis
hijos, me enfoco en el día a día. De la mañana a la noche todo se mueve súper rápido,
entre tareas domésticas, trabajo, pequeñas escaramuzas entre hermanos, estudio
de los peques, familia… en fin, como todas las madres tengo un montón de
frentes abiertos cada día.
Si tienes hijos sabes perfectamente de lo que te
hablo. ¿A que si?
El caso es que en medio de la rutina, a veces pierdo
el rumbo y empiezo a ver grandes problemas donde no los hay, o incluso olvido
lo realmente importante. Mi solución a esto es hacer revisión dos veces al
año y así tener claros los propósitos a medio y largo plazo.