Solemos entender la estimulación a
los bebés como sobre-estimulación, ambientes preparados, entorno artificial o
incluso como competencia de los médicos, pero esto no es exactamente así.
La estimulación temprana es mucho más
que eso, es sobre el amor y el tiempo que pasan los padres (y cuidadores) con
los hijos.
La
estimulación surge de la interacción del niño con su entorno social, y físico,
con lo cual todo lo que ocurre a su alrededor es parte del proceso, incluso el
propio niño, desde el principio está modelando su educación con la forma en que
recibe, y actúa, ante su entorno.
Los padres
están preparándose para la crianza desde que reciben la noticia de la formación
de un nuevo ser, y dependiendo de cuan deseado o no sea (consiente o
inconscientemente), modifican su comportamiento y se proyectan a futuro.
Unos padres deseosos de la llegada de
su bebé estarán planeando su llegada y creando un futuro para su hijo, con lo
cual estarán predispuestos a pasar tiempo con su bebe, establecer mucho tiempo
de contacto visual, sonreír, acariciarlo, jugar con él, hablarle e intentar
comprenderlo.
Los juegos
tradicionales para bebés cumplen en este punto un rol de vital importancia, en
tanto están cargados de sabiduría popular. Son parte de nuestras culturas, y buscan
sintetizar de forma divertida conocimientos básicos, prácticos y rápidamente
utilizables por los pequeños. Esto es una ventaja y a la vez una desventaja.
Es una
ventaja porque empieza a ubicar al nuevo individuo en su entorno cultural desde
la acción amorosa de padres y familiares, pero teniendo en cuenta que son
pasados de generación en generación y que pertenecen a nuestro entorno más
cercano, la desventaja es que solemos poseer una ínfima parte de conocimiento
de todo aquello que podríamos compartir con nuestros bebés, y pocas veces nos
planteamos la posibilidad de ampliarlo.
El universo de posibilidades es mucho
más rico en tanto aprendemos y nos abrimos al mundo, a otras culturas, y
visiones.
Para esto
podemos introducir en nuestro repertorio actitudes y posturas, juegos,
movimientos, canciones o incluso podemos
simplemente ser conscientes de porque usamos los que se nos han trasmitido de
nuestros padres y nuestros abuelos y que función cumple en el desarrollo de
nuestros hijos.
Si lo vemos
así empezamos a aceptar la importancia de la estimulación temprana, ¿A que si?
Actualmente
está vista la estimulación como algo negativo, cuando, repito, que es algo que
llevamos haciendo como especie toda la vida. Y he aquí cuando se le llama sobre-estimulación.
Aunque todos somos conscientes de que un
bebe pequeño solo aprenderá, lo que sea capaz física, mental y emocionalmente
de aprender, seguimos temiendo que tal vez estemos enseñándole “demasiado
pronto”…
Otras veces
vemos a los padres comprando toda clase de juguetes educativos, aparatos
costosos, o dedicando su tiempo a fabricar toda clase de artilugios, sin saber
muy bien cómo utilizarlos. Y si bien, los materiales ayudan, lo importante es
cómo usarlos. La mayoría de los materiales costosos pueden ser fácilmente sustituibles con un poquito de
creatividad, un sólido dominio de los conceptos, una actitud positiva y
proactiva y mucho amor.
Con dinero puedes comprar los
materiales y facilitarte el trabajo, pero igualmente necesitaras tiempo para
aprender a usarlos, recuérdalo.
Y como
padres tenemos que racionar muy bien nuestro tiempo, porque si no podemos
perder lo más importante… la oportunidad de estar con nuestros hijos, compartir
con ellos y crear los vínculos que nos hacen humanos.
Solo una
cosa más… recuerda que tu bebé esta tan perdido como tú.
El necesita
probar que funciona, a que respondes y como comunicarse contigo. Con lo cual,
no des por hecho que es de una forma o de otra (y me refiero a muy llorón, muy
tranquilo, muy demandante, muy despierto…), porque tu percepción de su realidad
es lo que lo modela.
Disfruta de
su interacción contigo y no te des por vencida.
Me refiero,
por ejemplo, a que no dejes de estimularlo. Un niño que empieza a sonreír pronto tendrá usualmente más interacción
positiva con los adultos que están a su alrededor, que uno que tarda en mostrar
ese gesto. Con lo cual ante un simple gesto mecánico (que es lo que son las
primeras sonrisas) puede que te condiciones a interactuar de una forma u otra
con el…
Esto puedes
cambiarlo, al ser consciente de que tu sonrisa continua y alegre, tus palabras,
gestos, juegos, actitudes, harán más alegre a tu hijo, que aquella primera
impresión (que de otra forma podrías considerar como sello de su carácter).
¿Me
entiendes?
El amor es la base de toda
estimulación.
Lo demás…
puedes aprenderlo, comprarlo, hacerlo… porque aunque ayuda, sin amor, no hay
estimulación temprana.
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