No soy una madre perfecta, porque cada día aprendo cosas con
mis hijos y mi entorno, que nunca pensé que serían de importancia, o ni
siquiera sabía que existían.
Cuando vuelvo la vista atrás veo como mis hijos han crecido.
Y si, para mí solo ha pasado un pestañeo desde que nacieron o se arrastraron
por primera vez… pero lo más increíble, y que no sabía que podría pasar, es que
yo misma he crecido muchísimo desde esos días hasta hoy.