Artículo realizado por la escritora Anaís Bellido, sobre Bilinguismo.
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Ya estamos en el tercer artículo sobre
bilingüismo e Inter-generacionalidad. ¡Y yo que pensaba que no iba a tener nada
que decir!
Hasta ahora hemos hablado de cómo conservar
un idioma de la familia, un idioma que nos ancla al pasado, un idioma
inter-generacional, en definitiva. También hablamos sobre las dudas que podían
surgir a la hora de transmitir un idioma familiar a las nuevas generaciones,
pero no hemos hablado de hacer un cambio en la dinámica inter-generacional e
introducir bien un segundo (o tercer) idioma o, simple y llanamente, hacer una
sustitución lingüística.
Esto que parece una aberración, no lo es
tanto. La migración ha existido siempre. Las conquistas que conllevan un nuevo
orden social, político, económico...y lingüístico, también.
Cuando una familia emigra:
✅ La primera generación mantiene la lengua de
sus ancestros.
✅ La segunda generación, será bilingüe, para
poder hablar tanto con los padres como con el nuevo entorno.
✅ La tercera generación puede que sólo sea
bilingüe pasiva, es decir, se expresa en la lengua del lugar de llegada y sólo
entiende (pero no habla), la lengua familiar.
✅ La cuarta generación lo más frecuente es
que sólo se exprese en la lengua de acogida y esté totalmente integrada en el
nuevo entorno lingüístico...y la sustitución de una lengua por otra se ha
llevado a cabo.
Ahora vamos a ponernos en la otra
situación: queremos que nuestros hijos sean bilingües, pero nuestra familia no
lo es y nuestro entorno, tampoco. Lo primero que tenemos que plantearnos es:
¿Qué es ser bilingüe?
Es decir, ¿qué nivel de lengua queremos que alcancen
nuestros hijos?
Parece algo sencillo... pero realmente, no
lo es.
Porque, si es tu caso, quizás
pienses...pues, bilingüe, que tenga el mismo nivel de competencia en ambas
lenguas. Perfecto. Es un buen objetivo. Sólo piensa: ¿Cuántas horas pasa tu
hijo o hija expuesto a vuestra lengua inter-generacional, la de vuestro
entorno, la que habláis "de toda la vida"?
Expuesto incluye muchas cosas: el tiempo
que habla, el tiempo que conversa con vosotros, que sois su familia, pero
también con sus amigos, leyendo (si sabe), viendo la tele, oyendo a los vecinos
por la calle...
¿Captas la idea?
¡Tu hijo o hija se pasa desde que se
despierta hasta que se duerme interactuando con esa lengua! Eso es mucho
tiempo. Si tú deseas que tu hijo hable una segunda lengua con el mismo nivel
que la primera, tendrás que exponerlo...la misma cantidad de tiempo.
"Pero (me dirás tú), yo no puedo hacer
eso." Eso lo iremos solucionando después...
Si a pesar de la enormidad del desafío, continúas
con la idea que tu hijo o hija sea bilingüe, sigue leyendo. Vale, quizás (ya
que partimos de la base que la lengua que quieres introducir no forma parte de
tu herencia familiar) no puedas darle un entorno a nivel lingüístico
equivalente en ambos idiomas, pero sí puedes alcanzar el objetivo que tu hijo o
hija aprenda una nueva lengua.
Porque, ¿sabes lo que puede compensar esa
diferencia?
La motivación.
Sí, sí, ese es el secreto.
Si tu hijo o hija está motivado para
adquirir esa lengua, el trabajo duro ya está hecho.
¿Crees que eres capaz de motivar a tu hijo
o hija para conseguir un objetivo?
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Artículos anteriores de este tema:
Bilinguismo 1-Bilinguismo, educación y familia
Bilinguismo 2- ¿Y si la familia decide no transmitir el idioma familiar?
Bilinguismo 1-Bilinguismo, educación y familia
Bilinguismo 2- ¿Y si la familia decide no transmitir el idioma familiar?
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Continuamos con los artículos de invitados a mi blog. Este especialmente ha sido realizado por la escritora Anais Bellido que estudia el bilinguismo, la intergeneracionalidad y su impacto en las familias y demas colectivos sociales.
Anais Bellido es escritora de libros infantiles, madre, hija, sobrina... y una estudiosa en temas de educación. Puedes ver algunos de sus libros en Amazon, de los cuales te recomiendo esta vez: Cuentos de raíces profundas
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